"Alguien preguntó al señor K. si existía un dios. El señor K. respondió:
- Te aconsejo que medites si tu comportamiento variaría según la respuesta que se diese a esa pregunta. Si permaneciese inalterable, la pregunta sería ociosa. Si, por el contrario, tu conducta variase, en tal caso puedo ayudarte diciendo que tú mismo habrías zanjado la cuestión: Efectivamente, necesitarías ese dios."
Por Bertolt Brecht, "Historias de Almanaque".
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